lunes, 10 de enero de 2011

EXTRA - Balance Génesis 3: Todo pudo ser diferente

Muchas veces planeamos una actividad y luego por diferentes circunstancias todos acaba saliendo totalmente diferente a lo que pensábamos. Eso era lo que encontramos al final de Génesis 3.

Dios había creado un universo "bueno". Todo estaba diseñado para realizar su función y el hombre estaba en medio de la creación con todas las necesidades cubiertas: Tenían árboles para recibir de ellos alimentos sin esfuerzo. El huerto era hogar, un lugar templado, con una atmósfera protectora que hacía que las temperaturas fueran moderadas y estables. Sin necesidad de ropa y otro complemento de protección porque no era necesario. No había problemas con animales feroces. No había dolor ni sufrimiento, al no haber conciencia de "lo malo". Tenían comunión con Dios y disfrutaban de su compañía todos los día.

Sin embargo, el pecado hizo que todo esto cambiara. Una de las cosas que resalta en los castigos de Dios es el dolor. La mujer tendrá dolor en sus "preñeces" y el hombre trabajará con dolor. La creación también sufrirá por el pecado y llegarán los espinos, y la muerte.

Pero también vemos que tenemos indicios de que algo estaba preparando Dios para que esto volviera a ser como al principio. Por un lado, la sentencia dada a satanás "ella te herirá en la cabeza", nos indica que hay un plan para contrarrestar lo hecho por satanás. Por otro lado, la muerte de animales para cubrir la desnudez descubierta por el pecado indica que se inicia un proceso para paliar la condición del hombre respecto a Dios.

Desde Génesis 3 encontramos otro comienzo, muy diferente a Génesis 1, pero con la mano de Dios más presente en la vida del hombre. Su cuidado, protección, fuerzas y amor son más necesarios para este hombre destituido de la gloria de Dios que para aquel primero que Dios formó a su imagen y semejanza.

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